La lotería 100% online es la forma más segura y cómoda de compartir ilusiones en tu empresa u organización.
Hace apenas unos meses nadie hubiera imaginado los acontecimientos. Los que hemos vivido, los que estamos viviendo y los que todavía viviremos.
Como diría un buen marino, la singladura del nuevo año deseo que sea fructífera y debo estar preparado para todo lo que pueda surgir. Toca hacer balance y reorientar o reforzar velas para seguir navegando.
Detrás de esta palabra, a priori tan rebuscada, se esconde un concepto sencillo, claro y conciso… el ikigai es el “propósito de vida” o la “razón de ser” que todos tenemos, o deberíamos tener, para levantarnos cada mañana.
Hoy hablamos de la capacidad de encontrar la belleza en las cosas sencillas, asimétricas, ingenuas, modestas, intimas, incompletas, imperfectas o poco convencionales, hablamos de Wabi Sabi
El Enso simboliza lo infinito contenido en la perfección de la armonía, la plenitud de lo simple, la fuerza, la elegancia, la iluminación, el equilibrio interior y el universo… Ahí es nada.
En Ronda de la Fortuna intentamos llamar la atención de nuestros clientes y amigos día a día con nuestra profesionalidad, dinamismo, responsabilidad o seriedad...
Todos hemos encerrado, en ocasiones sin querer, nuestros propios minotauros en forma de situaciones, pensamientos, sensaciones, deseos, personas o vivencias que nos avergüenzan y que queremos mantener ocultas a los ojos de los demás
Aunque en ocasiones piense que vivimos en un caos salpicado con ligeros toques de orden, debo reconocer que la armonía y la proporción se encuentran presentes a nuestro alrededor mucho más de lo que en ocasiones alcanzo a imaginar.
Aunque pueda parecer un tanto exagerado, estamos rodeados del mal, de una toxicidad en ocasiones desmedida generada por situaciones, actitudes y personas. Y para protegerme de ese ambiente dañino he retomado un compromiso serio, y espero que esta vez muy duradero, con Mizaru, Kikazaru e Iwazaru.
Debo reconocer que estoy hipercomunicado. Vía email, skype, smarthphone, teléfono fijo, whatsapp e incluso me atrevo en ocasiones, en un alarde de valentía sin parangón en los tiempos tan tecnológicamente surtidos que vivimos, a realizarlo cara a cara.
Aunque pueda parecer un comentario demasiado técnico y confesional, a comienzos de año suelo proponerme una serie de objetivos, metas y propósitos de enmienda que por estas fechas debo someter a revisión, análisis y valoración.
Corriendo a todos los sitios, siempre contrarreloj y constantemente conectados. Así es nuestro estilo de vida o así queremos o permitimos nosotros mismos que sea. Culpar al trabajo, a la sociedad, a “los tiempos que corren” o a la situación actual de forma indefinida y abstracta, creo que es tremendamente cobarde e irresponsable por nuestra parte.
Una buena amiga, y reputada periodista, acerca de la valía y prestigio profesional, me dijo, refiriéndose a la actividad que desarrolla en un periódico de tirada nacional: “vales lo que tu último artículo”...
Una sencilla y gráfica metáfora sobre las prioridades de la vida donde deja muy claro el orden que deberíamos seguir para “llenarla” o para ser más exactos, vivirla, con sentido...
Los humanos, en general, tenemos la facultad de complicarnos mucho, demasiado, la vida. A menudo nos preocupamos por nimiedades olvidándonos de lo verdaderamente urgente y prioritario.
En estos tiempos de tanta infoxicación en los que que vivimos, es cada vez más difícil llamar tu atención de forma “decente”. En Ronda de la Fortuna lo intentamos día a día con nuestra profesionalidad, dinamismo, responsabilidad o seriedad.
“Entre lo que pienso, lo que quiero decir, lo que creo decir, lo que digo, lo que quieres oír, lo que oyes, lo que crees entender, lo que quieres entender, lo que entiendes... existen nueve posibilidades de no entenderse”
Hoy os traemos un cuento japonés extraído de la cultura zen y transmitido de generación en generación, en el que nos hablan del singular proceso de crecimiento del bambú japonés...
Me gusta al final del año hacer un pequeño balance de mi vida, al fin y al cabo, es la más importante que tengo y creo que se merece una puesta a punto anual al igual que hago con mi pequeño coche que también es el más importante que tengo ya que como me sucede con mi vida, tampoco tengo otro.